lunes, 13 de abril de 2020

abril 13, 2020

Por Johnny E. Mogollón E. /
Justo cuando se cumple un mes del fatídico día en que se dio a conocer la incursión del virus chino en el territorio nacional, este se ha convertido en la mejor arma de la dictadura pues con él ha condenado a todo un país a la miseria, al hambre, al confinamiento y a la muerte.
Una de las más absurdas insistencias de los voceros de la dictadura en cuanto a la evolución del Covid-19 en Venezuela es el supuesto comportamiento “plano” de la curva que describe en un plano cartesiano el número de contagios, dispuestos en el eje “Y”, a través del tiempo en el eje “X”, ahora bien, esto en sí es falso, primero porque una curva de esta naturaleza no puede ser plana, siempre, sobre todo en la etapa de la expansión de la enfermedad, siempre tendrá tendencia a subir, aunque no sea exponencial, y segundo porque el día cero para el país fue el 13 de marzo, fecha en la que se reportó oficialmente la existencia de dos casos positivos, quince días después el número se había elevado a 113, es decir, el porcentaje de casos había sufrido un incremento de 5 mil 650 % ¿eso se parece más a al Ávila que a los llanos venezolanos, no?

Digamos entonces que esos primeros días no los vamos a tomar en cuenta, aunque no deberíamos, para dar el beneficio de la duda a los honestísimos señores de la propaganda roja y comencemos una semana después del día cero, es decir, en fecha 20 de marzo, cuando ya estaban detectados 70 casos, y sumemos quince días calendario para llegar al 3 de abril, con un total de contagios de 153, lo que significa un incremento, en tan solo dos semanas, de 219 %, aunque es menos, ni siquiera se acerca a la forma plana que dicen tiene la curva.

De acuerdo a los datos podemos decir que la tasa diaria de contagio en todo el territorio nacional, desde el día cero hasta hoy es de entre 4 y 6 por día, lo que quiere decir que seguirá creciendo con el transcurso del tiempo, quizá de forma ralentizada, pero lo seguirá haciendo porque todavía la curva no está plana ni mucho menos tiende a la baja.


La cifra oficial es falsa
 
Hasta ahora nadie puede saber con seguridad cuáles son los datos reales en todo el país, pero hay algo que sí queda muy claro: la cifra oficial manejada de forma propagandística por la dictadura, no refleja en lo más mínimo los números del Covid-19 en Venezuela.

Hace pocas horas Indira Briceño, directora del Instituto Autónomo Hospital Universitario de Los Andes, reveló la existencia de 378 pacientes sospechosos de coronavirus en la entidad, de acuerdo a los datos recabados por los médicos entre el 16 de marzo y el 10 de abril de este año, cifra que contrasta muchísimo con el número que la dictadura le ha apuntado a ese estado, y es que la diferencia entre 1 y 378, es abismal, sin embargo, en dato dado por los médico se refiere a los sospechosos, entonces hagamos un pequeño ejercicio especulativo y digamos que de ellos solo el 10 % daría positivo a la prueba, y vemos que entonces el número baja a 37,8 cuya diferencia con el único caso reconocido por la dictadura es de 3 mil 800 %, es decir que por cada 1 caso reconocido de coronavirus existen por lo menos 38 ocultos.

Si aplicamos esta fórmula matemática estaríamos hablando de un promedio de 6 Mil ochocientos infectados en Venezuela hasta la fecha, exactamente a un mes del Día Cero, lo cual concordaría con la curva descrita por la enfermedad china en el resto de los países.


¿Hasta que llegue la gasolina?
Los venezolanos hoy nos preguntamos si la segregación va a durar hasta que ya no haya peligro de contagio o hasta que la gasolina llegue, y es que el Covid-19 le cayó de perlas a la dictadura pues con la medida de casa por cárcel para todos los venezolanos, lograron tapar el enorme hueco de Pdvsa en la compra y distribución de combustible, sin embargo, el más neurálgico de todos los sectores, que es el de la producción de alimentos, el cual no ha tenido que parar, ha comenzado su estrepitoso descenso hasta el infierno de la quiebra, el país está en bancarrota.

Barracas y nada más
Aunque sea muy buena la propaganda de estos genios del mal, la verdad siempre prevalece ante la mentira de patas cortas, y es que la dictadura no tiene ni un solo centro hospitalario con condiciones básicas para atender a los contagiados con el mortal virus. Lo que se conoce hasta ahora es que han dispuestos pabellones en los que ni siquiera hay agua ni camas, simples barracas a las que los venezolanos irán a malmorir.

Como si esto no bastase, los médicos y enfermeras que trabajan en los distintos centros asistenciales de la nación están totalmente desprovistos de cualquier tipo de protección que les permita laborar en ellos sin contaminarse. 


Control social
El confinamiento o segregación impuesta por el régimen ha generado la paralización, casi absoluta, del aparato productivo en la nación, amén de que los ciudadanos están mayoritariamente presos en sus casas, dejando el país, incluyendo las vías terrestres, aéreas, marítimas y fluviales a merced de sus antojos, básicamente han convertido a todo el territorio nacional en una gran autopista sobre la cual pueden desplazar todo cuanto quieran sin temor a ser descubiertos.

También ha servido el confinamiento para acallar a las voces disidentes, para prohibir subrepticiamente el derecho a la protesta y para encarnizarse contra aquellos que deciden seguir ejerciendo ese derecho, castigándolos sistemáticamente con el retiro de los alimentos (bolsa Clap) que en medio de esta pandemia y la paralización son los únicos que pueden obtener. Los condenan a la muerte por hambre.