jueves, 31 de agosto de 2017

agosto 31, 2017


Por Johnny E. Mogollón E. | @johnnymogollon  /  


Todo parece indicar que las elecciones regionales tendrán asistencia a pesar de que los errores de la MUD han avivado los deseos abstencionistas en más de un venezolano, sin embargo, esa participación no se deberá a que la población comulgue o haya olvidado las terribles fallas en que ha incurrido la coalición opositora, sino a que el voto sigue siendo visto como una herramienta de lucha contra el régimen. Revisar este comportamiento y corregir es tarea imprescindible e impostergable.

La política, mutable como es, exige con urgencia profundas transformaciones en el seno de la Unidad, una de ellas es la de conseguir un mecanismo que les permita lograr consensos y por tanto reaccionar en el menor tiempo ante los cambios coyunturales o estructurales que se presentan a diario, y la segunda es la de aceptar de una vez que todos son pésimos comunicadores políticos y que, por lo menos la dirección de ese trabajo, debe ser delegada a un equipo profesional. Hablarle al país no es fácil y quedó demostrado que cuando lo hacen mal lo pagan muy caro.

Nadie ha dicho que es sencillo, no hay un manual que defina a ciencia cierta cómo enfrentar a un régimen de esta naturaleza, sin embargo, sabemos que la unidad es un requisito indispensable, pero no será posible construir una verdadera, sólida e imbatible, si en estructuras básicas de acción política como la MUD, cada personero —convertido en vocero— lleva un mensaje distinto. Pueden existir mil pregoneros, si así lo desean, pero el mensaje debe ser uno solo, lo que hay hoy en día es ruido, disonancias que impiden la organización del pueblo.

Si es que realmente en la MUD quieren lo que dicen querer, atrás deben quedar los discursillos inventados entre gallos y medianoche, pero sobre todo deben quedar en el pasado aquellos en los que algunos dirigentes juegan a posición adelantada o pescan en río revuelto, como la mandamás de Vente, que no pierde oportunidad  para dividir cada vez que ocurre un error. La suerte de la nación está en manos de todos los venezolanos pero aquellos que se hacen llamar dirigentes deben sostener su prédica con ejemplo de vida, si quieren unidad deben estar unidos.