Quizá la noticia más mediática y relevante del día de ayer fue el siniestro aeronáutico que se cobró la vida de dos pilotos, lo fue por varias razones, la más importante de ellas es que fue un avión de la Fuerza Aérea nacional, y ello significa que ese avión pertenecía a todos los venezolanos.
De esa noticia surgen muchas interrogantes, por ejemplo: ¿Cómo es que un avión caza, prácticamente nuevo, se estrella? ¿Será que lo que hay en los hangares de la fuerza aérea es basura, chatarra rusa comprada con enorme sobreprecio?
Atención a esto: el precio de un Sukhoi como el que se estrelló, en el 2015 era de 40 millones de dólares aproximadamente. Así que con este siniestro se perdió 14,6 veces el presupuesto asignado a la Ucla para el 2020. ¿Por qué para el régimen las universidades pueden caerse a pedazos pero no deja de aumentar anualmente el presupuesto militar? ¿En qué, pregúnteselo en serio, en qué, amigos lectores, les beneficia a ustedes que la nación tenga un presupuesto militar tan abultado?
Dirá alguno que para garantizar la soberanía, preguntemos entonces ¿Cuál soberanía si los grupos irregulares hacen lo que les viene en gana en el suelo patrio? ¿Quiénes defenderán la soberanía, los que escuchan un tumbarrancho y corren despavoridos como los del incidente de Los Próceres o los que en la frontera colombovenezolana miran hacia otro lado cuando ven a un terrorista de las FARC o del ELN? ¿Serán esos cobardes? ¿Con qué lo harán? ¿Con los tanques que están pasando aceite o con los aviones que se caen solitos?
Alguna vez los venezolanos pensamos que la fuerza armada nacional era una institución digna, hoy nos damos cuenta de que no es más que un tumor cancerígeno, ellos, los de verdeolivo, son la peste que asola al país.
jueves, 17 de octubre de 2019