viernes, 18 de agosto de 2017

agosto 18, 2017


Por Johnny E. Mogollón E./  




A media mañana del día de hoy, 18 de agosto de 2017, ya se esperaba el absurdo previsible de la disolución de la Asamblea Nacional venezolana, electa por más de 14 millones de venezolanos, por el espurio albañal prostibulario infestado de toda suerte de alimañas que a duras penas logró recaudar -coacción incluida- menos de un millón quinientos mil votos de los 30 millones que conformamos la nación. La dictadura se ha instalado.
Venezuela toda necesita unirse en este momento para repeler a la dictadura, de lo contrario el país se convertirá en otra Isla Maldita, solo que más triste y aún más deprimida y expoliada, este es un momento definitorio, y de nada valen los rencores enquistados hacia los dirigentes opositores, tengamos o no la razón porque es, literalmente, de vida o muerte, no podemos actuar bajo la estupidez de la premisa de que si los líderes de los partidos se han portado mal hay que causarles daño así nosotros salgamos perjudicados en el proceso, ya habrá tiempo para ajustar cuentas.
Los demonios del totalitarismo se han desatado y ello exige una clara respuesta del pueblo venezolano, es esta la hora en que la república necesita a sus hijos con toda la valentía que les ha puesto en las venas, demostremos todos que somos un pueblo bravo e indomable, hagamos que muerdan el polvo, desterremos para siempre de nuestro sagrado suelo al maldito comunismo que durante 20 años a desolado a nuestra nación de héroes libertadores.