martes, 28 de agosto de 2018

agosto 28, 2018


Por Rafael Marrón González /

La historia guerrera de Bolívar
La  historia  militar de Simón Bolívar, como Jefe Supremo de la Guerra de Independencia Suramericana,  puede  resumirse en veintiocho campañas,  entre  los años finales de 1812 y finales de 1824, todas estratégicamente diseñadas por él, aunque las acciones específicas estuvieran dirigidas por sus subalternos: 1812-13: Campaña del Magdalena (Nueva  Granada),  Campaña de Cúcuta y Campaña de  Táchira  a Caracas; resumidas en la Campaña Admirable.  Desde Caracas emprende, en septiembre de 1813,  las campañas de la Guerra  a Muerte:  Campaña  de Puerto Cabello, Campaña  del  Occidente, Campaña de Vigirima, Campaña de Araure, Campaña de San Mateo, Campaña  de  Carabobo  (primera);  Campaña  de  La   Puerta, Emigración a Oriente y Batalla de Aragua de Barcelona (y Urica), pérdida de  la Segunda República. El siete de septiembre de 1814, Bolívar  se embarca  para la Nueva Granada y emprende  la Campañas de Cundinamarca con  resultados diplomáticos positivos al impedir una  guerra civil;  y la Campaña de Cartagena, la que  debe  suspender para  evitar  una  guerra fratricida,  y  abandona  la  Nueva Granada, y se refugia Jamaica, donde escribe, el 6 de septiembre de 1815,  la famosa  Carta  de Jamaica, dirigida a  mister  Henry  Cullen;  viaja  a  Haití y logra el apoyo del  presidente   Petión,  y emprende  la  Expedición  de los Cayos en  1816:  Campaña  de Ocumare de la Costa y Expedición de Jacmel (mal llamada Segunda Expedición de los Cayos). En 1817:  Campaña de  Guayana. En 1818, Campaña de los Llanos:  Campaña de Apure,  Campaña  de  Guárico y Campaña de Aragua. En 1819:  Campaña de la Nueva  Granada y Campaña  del Occidente de Venezuela (que culmina  con  el armisticio  de  1820). 1821: Campaña de Carabobo (que libera a Venezuela). 1822-23: Campaña de Cauca (Nueva Granada) y Campaña de Ecuador. 1823-24:  Primera y  segunda  Campaña  de  Perú.  Con la batalla de Ayacucho, el 8 de diciembre  de 1824,   termina   la   presencia   militar   de   España   en Hispanoamérica y la  carrera militar de Simón Bolívar, el Héroe aclamado de los pueblos,  para dar paso a las tribulaciones del político que concitó el odio de las ambiciones subalternas y presenció la destrucción de su obra por la elementalidad secesionista, que todavía pervive. Las  distancias recorridas por Bolívar  son impresionantes, es difícil que el trayecto de Ciudad  Bolívar a  Bogotá  o de Bogotá a Lima,  haya  sido  realizado a  caballo  por alguien más, desde  la  guerra  de  la Independencia.   Bolívar recorrió  90.000 kilómetros en estas veintiocho campañas, veinte mil kilómetros más que Colón y que Vasco de Gama, recorrió diez veces más territorio que Aníbal, cinco veces más que Julio Cesar y dos veces más que Napoleón.
Bolívar mandó pero también peleó en Venezuela
En territorio venezolano, entre 1811 y 1823, se libraron setenta y cuatro batallas de alto impacto  y centenares de combates y escaramuzas menores de desgaste, porque las contiendas se daban donde se encontraran realistas y patriotas sin atender a diferencias numéricas, condiciones de terreno o estrategias. Las fuerzas realistas fueron comandadas, como jefes supremos,  en orden cronológico, por Domingo Monteverde, Juan Manuel Cagigal, los pulperos de Calabozo y Píritu  José Tomás Boves y Francisco Tomás Morales, y Pablo Morillo y Miguel de la Torre. Simón Bolívar dirigió personalmente once de estas batallas de alto impacto, sin considerar las decenas de combates paralelos,   además de compartir la segunda batalla de La Puerta con Santiago Mariño, que pierden desastrosamente  contra José Tomás Boves, el 15 de junio de 1814; la  batalla de Aragua de Barcelona con José Francisco  Bermúdez, que pierden  contra Morales, el 17 de agosto de 1814, aunque combatieron divididos por la terquedad del jefe oriental; y la de  Calabozo, el 12 de febrero de 1818, con Páez, que ganan  contra Pablo Morillo.
Y en el sur también se fajó como los buenos
Y fuera del territorio venezolano, Bolívar realiza la Campaña del Magdalena, con la que inicia su carrera de Gloria, en Monpox, y en la que combate personalmente, ocho veces, con oficiales designados por él, y atraviesa horizontalmente  la Cordillera andina para luchar contra Ramón Correa en Cúcuta, y vencerlo.   Posteriormente, durante la Campaña del Sur,  dirige y participa en  la Batalla de Bombona, librada el siete de abril de 1822 en su marcha hacia Quito, en las estribaciones del volcán Galeras, en Colombia, en la que derrotó al coronel Basilio García.  En La Batalla de Junín, contra el general José de Canterac, en la que no se disparó un solo tiro, solo se usaron armas blancas, y que  ganó con lanceros venezolanos y participó en la contienda, asombrando por su agilidad de ambidiestro combatiendo con una espada en la mano derecha y una daga de  bayoneta en la izquierda. Es histórico que después de esta batalla, aventajada  al principio por la caballería realista y decidida por la enérgica carga de los llaneros venezolanos,  varios jinetes pasaron cerca de Bolívar y, acaso por halagar su colombianismo, gritaron: !Vivan los lanceros de Colombia! Bolívar contestó, dominado por la pasión venezolana: !La pinga! !Vivan los lanceros de Venezuela! Desde entonces fue popular en Colombia el castizo enfático, que según sus biógrafos usaba comúnmente a la menor contrariedad. Y, entre el 5 de julio y el 7 de agosto de 1819, después de atravesar el Páramo de Pisba, con sus tropas agotadas enfrenta al jefe realista en las batallas de Gámeza,  y Pantano de Vargas, batalla crucial en la que desesperado ante la ofensiva de Barreiro, Bolívar mira al coronel venezolano Juan José Rondón, que espera instrucciones listo para el combate, y le espeta: ¨Coronel ¡Salve usted la Patria!¨,  y son catorce valientes  a caballo los que se lanzan al centro de la batalla imponiendo el terror con sus mortíferas lanzas y silenciando  la artillería  enemiga, haciéndole tragar su soberbia a Barreiro, que minutos antes había gritado: ¨¡Ni Dios me quita la victoria!¨. Y  la batalla decisiva de Boyacá, que libera la Nueva Granada. Sin incluir, como hemos dicho, combates menores y escaramuzas, en total son veintinueve  combates de alto impacto los que Bolívar dirigió personalmente, de los cuales perdió cinco y ganó veinticuatro. Sin olvidar que durante este tiempo, Urdaneta, Ribas,  Arismendi y Girardot en la Campaña Admirable y  después, en la Campaña de la Guerra a Muerte, obedecían sus órdenes,  y todas las campañas del año 19 al 24, eran planificadas por él como Jefe Supremo.
La amarga frustración 
El 3 de Julio de 1830, el periódico El Mercurio, de Nueva York, publica un fragmento de una carta sin fecha que Bolívar había enviado desde Bogotá a un amigo no identificado de Cartagena, que refleja una síntesis de sus sentimientos en aquellos días finales de su vida. Por el comentario sobre el Congreso que se estaba instalando, fue redactada en Enero de ese año:
"He sacrificado mi salud y fortuna por asegurar la libertad y felicidad de mi patria. He hecho por ella cuanto he podido más no he logrado contentarla y hacerla feliz. Todo lo abandoné a la sabiduría del Congreso, confiado en que efectuará lo que no ha podido conseguir un individuo. Con todo fervor pido al cielo que preserve a Colombia de la guerra civil con que se ha tiznado la historia de los Estados de la América del Sur. Si para evitar ésta el Congreso creyese indispensable, y el pueblo desease, establecer una Monarquía, no me rebelaré contra sus deseos; pero tenga Vd. bien presente lo que digo: la corona jamás ceñirá la cabeza de Bolívar. Yo deseo descansar, y cuente Vd. con que ninguna acción de mi vida manchará mi historia cuya consideración me llena de satisfacción. La Posteridad me hará justicia, y esta esperanza es cuanto poseo para mi felicidad. Mis mejores intenciones se han convertido en los más perversos motivos, y en los Estados Unidos, en donde esperaba se me hiciese justicia, he sido también calumniado. ¿Qué es lo que he hecho para haber merecido este trato? Rico desde mi nacimiento y lleno de comodidades, en el día no poseo otra cosa más que una salud quebrantada. ¿Pudieran mis enemigos haber deseado más? Pero el hallarme tan destituido es obra de mi voluntad. Todos los recursos y ejércitos victoriosos de Colombia han estado a mis disposición individual, y la satisfacción interior de no haberle causado el menor daño, es mi mayor consuelo". Continuará.

Nota:
La gráfica corresponde a la estatua de Bolívar ubicada en la parte central del jardín de la hacienda San Pedro Alejandrino, a un costado de la casa principal, en donde fue instalada el 2 de febrero de 1891 (127 años), elaborada en mármol de Carrara, en Italia, por el artista genovés Pedro Montarsolo Victorio,  y pertenece al estilo neoclásico.