A escasas horas de la finalización de la
consulta ya podemos decirlo sin tapujos: ha sido uno de los más grandes
éxitos de la historia republicana, la única en el a que más 7 millones
de voluntades se han unido en un mismo sentimiento popular en favor de
la democracia y en contra de la dictadura de Nicolás Maduro y su
narcocúpula, en un esfuerzo de logística y organización sin precedentes.
No es fácil hacer triunfar a la
voluntad, y sin embargo, en ello los venezolanos nos jugamos la vida y
salimos airosos, ahí está esa cifra para comprobarlo, una cifra obtenida
con sangre, sudor y lágrimas, con esfuerzo y dignidad, es una cifra
limpia, cristalina, que emergió de las sombras de la censura impuesta
por Conatel a todos los medios de comunicación, una cifra que nació de
los millones de almas venezolanas que le apuestan todo al país que
soñamos, una cifra que viene a derrotar al miedo difundido con
propaganda de terror a los empleados públicos, una cifra, léase bien, de
más de SIETE MILLONES, que fueron conquistados uno a uno, de casa en
casa, de calle en calle, a pesar de la brutal represión por parte de los
esbirros de la dictadura.
Para que se hagan una idea, en una
elección con los amplísimos recursos económicos que maneja el CNE, se
hubiesen instalado 45 mil mesas, mientras que en esta consulta popular
solo se pudo hacer lo propio con 14 mil mesas, ¿Se imaginan ustedes
cuánto hubiese crecido la cifra si al menos hubiésemos podido llegar a
la mitad de las mesas? Cada punto soberano fue en sí un éxito en número
pero también en capacidad para solventar, sin ayuda de los dineros del
Estado, todos los inconvenientes que se presentan ante unos comicios de
esta naturaleza.
No podemos caer en el juego de la
dictadura tratando de hacer un imposible contraste de cifras entre esta
consulta popular y las elecciones convencionales en que se cuenta con un
presupuesto extraordinario, tiempo, medios y personal, sí, es cierto
que la cantidad es importante, pero el objetivo en este caso no era
sacar más votos que otro porque, de hecho, no se trataba de una
competencia entre dos o más candidatos, sino la manifestación de estar o
no de acuerdo con una propuesta política para reencaminar el país hacia
la democracia y de hecho, menos del 1% se expresó a favor del no,
blindando de legitimidad a nuestra lucha, ¿Cómo se come eso? Pues
pregúntese a usted mismo: ¿Antes de la consulta tenía yo una clara idea
de cuántas son las personas que están comprometidas con el cambio? Pues
bien, resulta que con todo esto ya sabemos cuántos somos pero ¿para qué
sirve saberlo? Pues para emprender cambios profundos, para tomar
decisiones cruciales con un aval sólido y, por supuesto para darnos
cuenta que somos mayoría, mayoría contada, constante y sonante.
De las preguntas formuladas para la
consulta popular la tercera es la más importante, entre otras cosas
porque a través del sí de más de siete millones de venezolanos se le
otorga legitimidad a la Asamblea Nacional para renovar las autoridades
de los poderes públicos, para convocar a elecciones y transparentes,
para formar un gobierno de unidad nacional y, sobre todo, para retomar
el hilo constitucional. Para entenderlo mejor diremos que si Pepito el
de los palotes forma un gobierno, por carecer de legitimidad, caerá
pronto en ingobernabilidad, pero, si Pepito el de los palotes es el
depositario de más de siete millones de voluntades que lo conminaron a
formar ese gobierno, aquel entonces será viable.
En conclusión, el 16 de Julio fue, como
lo habíamos adelantado, un día histórico, hemos hecho lo que nadie más
en el mundo, desafiar a la dictadura en un acto de desobediencia en el
que también desconocimos al órgano comicial del entramado dictatorial y,
a pesar de la represión, de la sangre que derramaron, de los
impedimentos, de no contar con presupuesto y sobre todo de haber sido
blanco de la ignominia, hemos logrado nuestro objetivo fundamental de
desobedecer al usurpador, tal como lo indica el artículo 350 de la
constitución y, de paso, darle legitimidad de origen a nuestra lucha.
¡Hagamos que nuestra voluntad se
convierta en acción, lucha y más lucha en todos los frentes ya sabemos
que la victoria tiene que ser nuestra!